Pues no me avergüenzo del Evangelio; es, en verdad, poder de Dios para salvación de todo el que crea, primero de los judíos y luego de los gentiles. Pues la justicia de Dios se revela en él de fe a fe, según está escrito: «El justo vivirá por la fe.»
2ª Cor. 12, 7-10: La debilidad de Pablo
ResponderEliminar12:7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere.
12:8 Tres veces pedí al Señor que me librara,
12:9 pero él me respondió: "Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad". Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo.
12:10 Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.